jueves, 25 de agosto de 2011

El Amor en los Tiempos del Cólera.





A simple vista "El amor en los tiempos del cólera" parece una novela de amor x, si leemos la sinopsis de la historia quizá pensemos en una historia cursi y un poco sosa: Florentino Ariza, humilde operador de telégrafo, se enamora de la joven Fermina Daza (recién llegada hija de un vendedor de mulas) de quién Florentino se enamora a primera vista y conquista con cartas de amor hasta que ella acepta casarse con él. Sin embargo, el padre de ella quiere un pretendiente con más nivel, por lo que separa a los novios. Tiempo después Fermina se casa con el Dr. Juvenal Urbino, célebre médico de la ciudad, y Florentino intentando olvidarla se dedica a conquistar y acostarse con cuanta mujer se le ponga enfrente. Más de 50 años después, a la muerte del marido, él reivindica su juramento de fidelidad a Fermina y viven un romance de viejos.


Ahora que si además vieron la película puede ser que piensen que la novela es igual y les de flojera leerla. Si de alguna manera se justifica la fealdad de dicha película, es que realmente sería muy difícil lograr una adaptación que transmitiera las mismas emociones que la novela. La razón es que la historia está llena de momentos que parecieran irrelevantes, realmente no hay muchos sucesos fuera de lo común, si no que está llena de momentos cotidianos que se matizan con los sentimientos de los personajes y la riqueza de la narración de G.G.M. y eso es precisamente lo que a mi me gusta más. Ya lo dijo también García Marquéz en una entrevista: "Mi libro es el Amor en los tiempos del cólera, ese es el libro que va a quedar. Cien años de soledad es un libro mítico y yo no trato de disputarle ningún mérito, pero el Amor en los tiempos del cólera es un libro humano, con los pies en la tierra, de lo que somos nosotros de verdad".

La primera parte (el romance entre F y F) está basada en el noviazgo de los padres del autor y la última se encuentra inspirada en una noticia que leyó en el periódico (que aparece relatada en la novela también) sobre unos viejitos americanos que regresaban todos los años a Acapulco a celebrar su amor y uno de esos días fueron asesinados por un remero que quería robarlos, y de ahí se supo que dichos ancianos eran amantes y no esposos. Así pues el libro presenta la cotidianidad de 3 personas (cuya única cosa increíble es el eje de la historia: la fidelidad de Florentino por 59 años, 9 meses y 4 días) vista a través del increíble uso del lenguaje y perspectiva del narrador y las aportaciones sentimentales propias de los personajes que hacen de los acontecimientos simples una cosa maravillosa.

Por ejemplo, un día- después de que regresa del viaje al que la llevo su padre para que olvidara al pretendiente indeseable- Fermina se encuentra en el mercado haciendo sus compras y es vista sin saberlo por Florentino, quién la sigue observándola y sintiéndola cerca. La situación es simplemente una muchacha haciendo sus compras por el mercado, pero visto desde la perspectiva de F.A parece un paseo encantador:

“…Se sumergió en la algarabía caliente de los limpiabotas y los vendedores de pájaros, de los libreros de lance y los curanderos y las pregoneras de dulces que anunciaban a gritos por encima de la bulla las cocadas de piña para las niñas, las de coco para los locos, las de panela para Micaela. Pero ella fue indiferente al estruendo, cautivada de repente por un papelero que estaba haciendo demostraciones de tintas mágicas de escribir, tintas rojas con el clima de la sangre, tintas con visos tristes para recados fúnebres, tintas fosforecentes para leer en la oscuridad, tintas invisibles que se revelaban con el resplandor de la lumbre… Luego fue con las dulceras sentadas detrás de sus grandes redomas, y compró seis dulces de cada clase, señalándolos con el dedo a través del cristal porque no lograba hacerse oír en la gritería: seis cabellitos de ángel, seis conservitas de leche, seis ladrillos de ajonjolí, seis alfajores de yuca, seis diabolines, seis piononos, seis bocaditos de la reina, seis de esto y seis de lo otro, seis de todo, y los iba echando en los canastos de la criada con una gracia irresistible, ajena por completo al tormento de los nubarrones de moscas sobre el almíbar, ajena al estropicio continuo, ajena al vaho de sudores rancios que reverberaban en el calor mortal. La despertó del hechizo una negra feliz con un trapo de colores en la cabeza, redonda y hermosa, que le ofreció un triángulo de piña ensartado en la punta de un cuchillo de carnicero. Ella lo cogió, se lo metió entero en la boca, lo saboreó y estaba saboreándolo con la vista errante en la muchedumbre..."

Y así aparecen detalles que parecen de lo más insignificantes pero contribuyen a la riqueza de la historia y la apreciación de los personajes, como por ejemplo el asunto de las berenjenas que aparece en diversos momentos del libro. Cuando F.A. le pide matrimonio, Fermina acepta poniendo como condición que nunca la obligue a comer berenjenas, todo porque siendo muy niña su padre la obligó como castigo a comerse una olla entera y después un litro de aceite de ricino para curarla del “empacho” y así se le quedó el evento asociado a las berenjenas. Ya casada con el Dr. Urbino, mientras vivieron en casa de la madre de él donde pasaron su peor época de casados, una de las causas de pleito era que la suegra la obligaba a comer berenjenas con regularidad pues una costumbre de la casa era prepararlas de diversas maneras como se hacía cuando vivía el esposo. Ya muerta la suegra y pasados lo pleitos matrimoniales, en una fiesta, Fermina prueba un platillo delicioso del cuál incluso pide doble ración y al preguntar la receta se entera que eran berenjenas. Después de esto, las berenjenas se vuelven un platillo recurrente en la casa Urbino-Daza como antes lo era en la casa de su suegra, e incluso el Dr. Juvenal bromea con nombrar a su hija “Berenjena Urbino”. Berenjenas rellenas es el platillo que F.D. prepara para recibir, sin saber que venía, al Dr. Juvenal cuando va a buscarla a la sierra en un intento de reconciliación. Casi al final del libro vuelven a aparecer las berenjenas, cuando Fermina está viajando en el buque fluvial con F.A. y en una celebración decide cocinar un platillo para él, que Florentino bautiza como: Berenjenas al amor.

Como ya había mencionado, lo que a mi me gusta de la historia es la sencillez con que ocurren las cosas y como estos eventos sin gracia a simple vista toman un sentido especial a través del narrador y su descripción. Podemos ver, por ejemplo, el día que Florentino vuelve a ver a Fermina después de 2 años de ausencia, en la que el la creía desahuciada y posiblemente muerta, uno se imaginaría que cuando la volviera a ver sería en una ocasión magnífica pero es en cambio en una situación de lo más casual y normal, y se da cuenta que ella está ahí por un comentario irrelevante sobre la película:


“Casi dos años después de la desaparición de Fermina Daza, ocurrió una de esas casualidades imposibles que Tránsito Ariza habría calificado como una burla de Dios. Florentino Ariza no se había dejado impresionar de un modo especial por el invento el cine, pero Leona Cassiani lo llevó sin resistencia al estreno del espectacular de Cabiria, cuya publicidad se fundaba en los dialógos escritos por el poeta Gabriele D’Annunzio. El gran patio a cielo abierto de don Galileo Daconte, donde algunas noches se disfrutaba más el esplendor de las estrellas que los amores mudos de la pantalla, había sido desbordado por una clienta selecta. Leona Cassiani seguía las peripecias de la historia con el alma en un hilo. Florencio Ariza, en cambio, cabeceaba de sueño por el peso abrumado del drama. A sus espaldas, una voz de mujer pareció adivinarle el pensamiento:

-¡Dios mío, esto es más largo que un dolor!

Fue lo único que dijo, cohibía tal vez por la resonancia de su voz en la penumbra, pues aún no se había impuesto aquí la costumbre de adornar las películas mudas con acompañamiento de piano y en la platea en penumbra sólo se escuchaba el susurro de lluvia del proyector. F.A. sólo se acordaba de Dios en las situaciones más difíciles, pero esa vez le dio gracias con toda su alma. Pues aún a veinte brazas debajo de la tierra habría reconocido de inmediato aquella voz de metales sordos que llevaba en el alma desde la tarde en que le oyó decir en el reguero de hojas amarillas de un parque solitario “Ahora váyase y no regrese hasta que yo le avise”. Sabía que estaba sentada en el asiento detrás suyo, junto al esposo inevitable, y percibía su respiración cálida y bien medida, y aspiraba con amor el aire purificado por la buena salud de su aliento…La imaginaba como si la estuviera viendo sin mirar hacia atrás, ajeno por completo a los desastres históricos que desbordaban la pantalla. Se deleitaba con los hálitos del perfume de almendras que le llegaba de regreso de su intimidad, ansioso de saber cómo pensaba ella que debían enamorarse las mujeres del cine para que sus amores dolieran menos que los de la vida. Poco antes del final, con un destello de júbilo, se dio cuenta de pronto de que nunca había estado tanto tiempo tan cerca de alguien a quien amaba tanto”.

Es curioso como este simple evento es contado con tanto detalle en el libro (este es un fragmento) y la boda Juvenal/Fermina apenas y aparece relatada. Otra cosa que me gusta también, es que ninguno de los personajes es perfecto, ni se idealizan las relaciones de pareja. El matrimonio Urbino jamás se presenta como un matrimonio ideal (aunque no por eso resulta carente de amor) y el amor de Florentino, si bien podría considerarse idealizado, no es tampoco perfecto, pues falla a su promesa de mantenerse "puro" para ella incluso intenta olvidarla sustituyendo su afecto por pasión carnal. También me gusta como se representan las costumbres de la época y la importancia que tienen las cartas y los telegramas (la palabra escrita en sí) dentro de la trama.

En resumen, el Amor en los tiempos del cólera es un libro sobre el amor y la belleza de la cotidianidad sobre todo cuando involucra las cosas/personas que amas. Todo este post es una apreciación personal del libro y supongo que cada quién tendrá su opinión, pero yo amo como las pequeñas cosas que pasan día día son las que llevan el cauce de la historia, y como los encuentros por más insignificantes que parezcan tienen un peso importante en el desarrollo de la vida de los personajes. Se dice que el libro es de un género conocido como: lo real maravilloso (estilo en que los milagros son cosas cotidianas de la vida y las cosas simples son un verdadero asombro)...G. García Márquez escribió este libro después de ganar el nobel de literatura y en una entrevista declaro que estaba escribiendo una larga novela de amor donde todo el mundo es feliz porque quería poner de moda la felicidad.

Por supuesto el libro tiene también otras cosas interesantes, personajes secundarios muy bien logrados, anécdotas de la vida social y cultural de la ciudad (presumiblemente Cartagena de Indias) de ese siglo y eventos sobresalientes de la vida de los personajes, así como pensamientos diversos del autor sobre la vida, el amor y la vejez, expresados a través de los protagonistas de la historia....yo mencione lo que más me gusta a mi pero no es lo único que tiene para ofrecer. Espero no haber causado el efecto contrario y que ahora les den menos ganas de leerlo, si no animarlos a que le den una oportunidad y se dejen conquistar por la hermosa narrativa de Gabriel García Marquéz en el que para muchos es su mejor libro (incluidos yo y Gabo mismo).

Mariana :)

PS: Decidí usar imágenes de Le fabuleux destin d'Amelié Poulain, porque me parece que es una película que también da importancia a las cosas simples y a su impacto en el curso de la vida: todo empieza por el descubrimiento de una cápsula del tiempo de un niño que vivía en el departamento con cosas de su infancia (canicas, una foto, un cochecito...) y eso desencadena todos los sucesos que dan forma a la película. Si no la han visto, véanla.

PS': Una vez preguntaste porque era de mis libros favoritos...now You know it.

PS'': Creo que es el post más largo de la historia del blog. Prometo no volver a hacerlos tan largos, pero es que me apasioné.

Más información:

-Entrevista: http://www.youtube.com/watch?v=CMJT51w_BVY

-http://www.unameseca.com/Biblioteca/resenasLibros/05_amorTiemposColera/amorTiemposColera.htm


lunes, 8 de agosto de 2011

Viejos Sones de Santiago

Cuba, mi amor, que escalofrío
te sacudió de espuma la espuma,
hasta que te hiciste pureza,
soledad, silencio, espesura,
y los huesitos de tus hijos
se disputaron los cangrejos.

Pablo Neruda /Fragmento "Ahora es Cuba".


En 1996 el productor Ry Cooder viajó a la Habana, Cuba para grabar un proyecto que tenía en mente desde hace tiempo: un álbum que fusionara los ritmos tradicionales cubanos de los años 40's-50's con ritmos africanos. Para lograrlo, se invitaron músicos provenientes de Malí y se reunieron varios músicos cubanos, la mayoría, veteranos que se encontraban en el olvido. Sin embargo, un problema con el visado impidió que los africanos llegarán a tiempo y ocasionó que Ry Cooder decidiera grabar un disco con todos aquéllos músicos cubanos que a pesar de la edad seguían conservando la voz y el talento para tocar buena música.
Esta producción recibió el nombre de Buena Vista Social Club, en honor a un club social que había existido en los 50's en la Habana, dónde incluso, muchos de los músicos participantes en la grabación habían tocado en su mejor época. La alineación estelar del grupo eran: Compay Segundo, Rubén Gónzalez Elíades Ochoa, Ibrahim Ferrer y Omara Portuondo; sin embargo, también contaba con muchos de los mejores músicos que Cuba podía ofrecer: El bajista Orlando "Cachaíto" López, el trompetista Manuel "Guajiro" Mirabal y Barbarito Torres, un virtuoso intérprete del laúd. En dos semanas el álbum fue completamente grabado junto con otros dos (Afro Cuban All Stars y el álbum debut de Rubén Gónzalez).
Años después del lanzamiento del disco, que alcanzó fama mundial y ventas récord, el director Wim Wenders rastreó hasta la Habana a los músicos que habían participado en el álbum para grabar un documental sobre su vida y su trayecto desde Cuba hasta Ámsterdam dónde iniciaron una gira que concluyó en el Carnegie Hall de Nueva York con un concierto que demostró que la buena música puede traspasar las barreras del lenguaje y las diferencias políticas.


La mayoría de los músicos antes del proyecto "Buena Vista Social Club", se encontraban en el retiro. Yo me preguntaba cómo era que músicos tan buenos estaban olvidados y desempleados (en el terreno musical, al menos), pero investigando en la red descubrí el porque: al parecer después de la revolución de 1959 los clubes sociales fueron cancelados por el entonces presidente Manuel Urrutia L., y continuaron cerrando conforme el comunismo se instaló en la isla en un intento por abrir camino a sociedades racialmente integradas. Así que la mayoría de ellos no tenía ya un lugar donde mostrar su talento y cayeron en el olvido.
Antes de que Ry Cooder reuniera a esta banda de talentosos músicos afrocaribeños, muchos de ellos se encontraban haciendo cosas curiosas: por ejemplo, Ibrahim Ferrer se mantenía boleando zapatos y vendiendo billetes de lotería. Y otros llevaban años sin tocar, como el veterano pianista Rubén Gónzalez, que a pesar de los años y estar falto de práctica seguía teniendo talento y candela al tocar y era el primero en llegar para poder tocar el piano, pues el suyo hacía mucho que lo había vendido.
Después del disco y los conciertos ofrecidos, todos ellos revivieron y magnificaron su gloria pasada. La mayoría grabó discos en solitario o en colaboración con diversos artistas. En lo personal a mi me gusta mucho el disco de Duetos de Compay Segundo. Lamentablemente, algunos de los músicos estelares sólo pudieron disfrutar de esta nueva fama de manera efímera pues murieron poco después: Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rubén Gonzalez.

Mis padres siempre han sido fans del son cubano y tenían discos de Elíades Ochoa, Compay Segundo y demás, es por eso que esta mujer que les escribe desde una ciudad provinciana de la República Mexicana conoce la música cubana desde que era pequeña, y es de la poca música que desde niña me dan ganas de bailar (aunque no lo hacía porque era terrible). Me gusta sentir la influencia africana de los tambores, y -aunque no soy experta en música o algo- me parece increíble el trompetista y el aporte que tiene en cada canción. La mayoría de estás canciones me alegran el día y me ponen feliz, aunque también hay algunas que me ponen melancólica (Ejemplo); pero lo que todas tiene en común es que provocan reacciones en mí que pocas cosas despiertan.
Yo sé que hay tantos gustos como personas en el mundo, y puede haber quien no disfrute de la música cubana o en específico de la música del Buena Vista Social Club. Pero a mí me encanta el ritmo, la alegría y la entrega que ponen los ancianos cuando cantan y tocan; y creo que eso se transmite en las canciones que llevaron al disco a tener éxito en diferentes lugares del mundo y a seguir siendo apreciado aún después de tantos años. Para mí lo mejor es que es música sin pretensiones, que no tiene otro objetivo que compartir con el público todo lo que estos veteranos músicos y la cultura afrocaribeña en general tienen para mostrar; y la mejor muestra de que logró su objetivo, es que de nuevo volteó la mirada del mundo hacia Cuba y reanimó el turismo y el interés por la Isla.
Además de buena música, Cuba tiene muchísimas cosas para ofrecer...que yo espero conocer algún día. Mi interés por el pueblo cubano ha sido avivado también por la historia de su revolución (Che Guevara, Fidel) y su influencia en los demás países de América Latina, por leer sobre Julio Antonio Mella y la Habana en Tinísima ( de Elena Poniatowska, uno de mis libros favoritos), increíbles fotos de la Habana vieja, José Martí, influencia africana y rituales persistentes de ella en las tradiciones caribeñas, la fama de sus puros, su ron y su café...


Les recomiendo ver el documental sobre el BVSC, pueden encontrarlo en youtube o bien rentarlo completo en BlockBuster.

PS: Mi favorito es por mucho Compay Segundo, me gustan sus fotos fumando habanos y la personalidad que muestra en la película y en otros vídeos. Para mí es el mejor músico, incluso inventó un instrumento de 7 cuerdas conocido como armónico que utiliza para marcar el ritmo en Chan-Chan. Me encanta que a pesar de ser el más viejo siempre se muestra alegre y no por nada era conocido como "The last of the best".

¡Viva Cuba Libre!

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