lunes, 7 de marzo de 2011

Pretty Women


Varias veces he escuchado que cuando alguien pregunta si preferirían ser hombre o mujer muchas chicas responden que preferirían haber sido hombres...que porque es más fácil, que porque tienes más oportunidades, que porque sufres menos, que porque se divierten más, étc, étc... La verdad es que yo nunca he deseado cambiar de género y no entiendo a que se refieren. Uno hace de su vida lo que quiere. No niego que los hombres se vean aventajados para algunas cosas, pero esto no es porque así sea naturalmente si no porque se ha permitido que así sea y con este sistema se ha perjudicado no sólo a las mujeres en sí, si no a los mismos hombres también.


Hace años, el hecho de ser mujer te negaba el acceso a la educación formal, a la ciencia, al voto, a la política y te reducía a poco más que una pertenencia. Apenas el 17 de Octubre de 1953 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas, siendo Yucatán el primer estado en reconocer el sufragio femenino. Para obtener este derecho, las mujeres lucharon muchos años, varias veces el gobierno les negó el derecho pero se organizaron y exigieron lo que por justicia les correspondía, hubo organizaciones como el FUPDM (Frente Único Pro Derechos de la Mujer) que contaban con más de 50 mil mujeres afiliadas y que exigían al gobierno en turno (en ese tiempo, Lázaro Cárdenas); también hubo mujeres solas como Esther Chapa que durante cada año-por 22 años- enviaba al congreso una carta solicitando el derecho al voto, o como Hermenilda Galindo que en 1918 se postuló como diputada para desafiar a la ley y mostrar lo injusto de la situación. Al ver que sus peticiones no eran cumplidas, las mujeres empezaron a organizar mitines y manifestaciones hasta que Miguel Alemán las reconoció como ciudadanas y les permitió la participación política a nivel municipal y años después Adolfo Ruíz Cortines les otorgó derechos políticos plenos.

Otro logro es la libertad alcanzada, por ejemplo, en la manera de vestir. Puede parecer algo superficial, sin embargo es un derecho fundamental contar con libertad de expresión y una manera de expresarnos es a través de la ropa que usamos. Probablemente sabrán que en los países islámicos las mujeres no gozan de esta libertad, no sólo se prohíben minifaldas y blusas escotadas, si no que se les obliga a usar velo y en algunos lugares, unos trajes que cubren todo menos la cara que se conocen como burkas, hay unas que sólo dejan ver los ojos y otras ni eso.


Aunque en México las mujeres pueden vestirse como quieran aún hay personas que consideran que esto las hace culpables de recibir agresiones sexuales, por ser "demasiado provocativas", incluso hace dos años se impartió por primera vez en México el curso Pure Fashion (patrocinado por el clero) que enseña a las niñas como vestirse a la moda de manera recatada y decente. Y hace una semana en el Heraldo de Xalapa, leí sobre una muchacha que fue molestada sexualmente y al presentar la denuncia un policía le dijo que ella había tenido la culpa por llevar ropa demasiado pegada.

La violencia (verbal, física, sexual) ha crecido en latinoamérica de manera alarmante. En México es tristemente célebre el caso de las muertas de Juárez que sigue hasta el día de hoy. Sin embargo, las cifras más altas son en casos de mujeres asesinadas por su pareja o ex pareja. Según las estadísticas el 60% de las mujeres mexicanas ha sufrido violencia doméstica una vez en su vida y cada 6 horas una mujer es asesinada en territorio nacional.



















Aunque aún falta mucho por avanzar, debemos reconocer los logros alcanzados por nuestras madres, abuelas, bisabuelas...hoy no es raro encontrar mujeres abogadas, ingenieras, científicas, doctoras, entre otros, incluso algunos países han votado por mujeres para ocupar la presidencia de su país (i.e. Chile, Argentina, Alemania) y hay países que han alcanzado innumerables logros en equidad de género, los países escandinavos siempre han estado a la vanguardia en ese rubro.

Tal vez sintamos que nosotras no podemos aportar nada para ayudar al país a alcanzar la equidad de género y disminuir la violencia contra la mujer. Sin embargo no es necesario tener una ONG o dirigir manifestaciones para apoyar a la causa, basta con hacer valer nuestros derechos y los de nuestras compañeras de género. Por ejemplo, no permitiendo jamás que nuestra pareja nos agreda verbal y -mucho menos- físicamente, eliminar de nuestro vocabulario palabras como "machorra", "lagartona" o "fácil", jamás permitir que a una víctima de asalto sexual se le considere causante por el tipo de ropa que usa o la manera en que camina o se expresa, evitar comentarios como " de seguro se las dió a alguien" cuando una mujer alcanza puestos o logros que no sabemos cuanto trabajo le costó conseguir, hacer valer nuestros derechos de salud sexual informándonos de los metódos que más nos convienen y utilizarlos, participar activamente en la vida política del país-leyendo periódicos, votando...-avanzando profesionalmente en lo que nos guste hacer, expresando nuestras ideas y exigiendo nuestros derechos..étc, étc. Y sobre todo hay que sentirse orgullosa de ser lo que somos, porque ser mujer no representa ninguna limitación si así lo deseamos...


Para tener una idea de cómo han cambiado las cosas, escribo un poema que se publicó en el no. 19 de la revista la Familia, una publicación quincenal que apareció en México en Agosto de 1883 y que encontré en una tesis del catálogo de la U.V. que se llama "Las Revistas Literarias para mujeres y la Construcción de una Identidad: un estudio de caso." Si quieren darse una idea de lo que era ser mujer en esos años pueden leer el cap. 4 de dicha tesis, dónde vienen varios fragmentos de esta revista.

Una mujer sabia.

Mujer que navegando viento en popa
Sigue del genio y del saber de la ruta
Que lee las noticias de Calcuta
Y sabe que London está en Europa.
Que de necios pedantes con la tropa
No sé qué de los atómos disputa
Y ni siquiera su color se inmuta
Porque no sabe remendar su ropa,
Que en el estilo a Castelar remeda,
Que en su conversación autores cita
Y hace versos lo mismo que Espronceda,
Con todo y ser tan sabia y erudita,
A mí se me figura que se queda
Pidiéndole marido a Santa Rita.

JUAN B. GARZA


No entiendo quién no quisiera una tipa así...
Ah y esa imagen de mujer sufrida también como que ya no viene al caso. Así que nada de andar haciéndose la mártir porque nomás no...
Justificar a ambos lados
¡Felicidades! Mariana :)

PS: Ya con nuevo reproductor. Gracias a Dulce P. por la recomendación. Fue fácil y se ve más bonito que el otro. Dale PLAY!